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Desde el punto de vista del familiar, el diagnóstico del Parkinson se vive también como un acontecimiento estresante: de pronto nuestro marido o esposa, nuestro padre o madre, o incluso nuestro hijo o hija, se encuentra enfermo (posteriormente nos enseñan que es mejor considerarlo “afectado”, pues las connotaciones de esta palabra son más positivas, la persona se siente mejor y eso en definitiva, es lo que buscamos y pretendemos), no sabemos nada de esta enfermedad, es una gran desconocida, salvo el diagnóstico que el neurólogo nos da y algunos de los síntomas que vemos y conocemos; lo demás lo vivimos como "un gran mundo" que se nos viene encima y que no sabemos cómo afrontar.
Con sesiones grupales o individuales el profesional que dirige estos grupos consigue los siguientes objetivos:
Para el enfermo o afectado su diagnóstico es un elemento estresante y que afecta al desarrollo y evolución de la vida y le asaltan multitud de preguntas la mayoría de ellas sin respuesta en un principio, hasta que se encuentran con amigos y compañeros en una asociación con los que compartir esas incertidumbres, así como profesionales que ayudan y colaboran en resolver todas esas incógnitas.
Por medio de sesiones a nivel grupal se persigue el cumplimiento de los siguientes objetivos:
Sesiones a nivel grupal en las que a través de diferentes ejercicios serán llevados a cabo los siguientes objetivos:
El Tai Chi es una disciplina china que presta atención al ejercicio, postura, equilibrio, movimientos fluidos y meditación.
El Tai Chi también presta atención a la disciplina mental, y desarrollar el equilibrio y la estabilidad.
Para muchas personas, los movimientos fluidos del Tai Chi producen tranquilidad y satisfacción al tiempo que proporcionan una sensación de bienestar general.
También es importante prevenir las complicaciones en huesos y articulaciones producidas por la rigidez muscular. Todas las actividades que faciliten un ejercicio mantenido suave, así como de estiramiento, mejoran la movilidad articular, la postura, disminuyen el riesgo de lesión muscular y mejoran la circulación sanguínea.
El Tai Chi al igual que el yoga, favorece la relajación y todo lo anterior.
Contribuye también a mejorar la autoestima, situación fundamental para adaptarse a la enfermedad y permite disfrutar de momentos de recreación, por lo que es una actividad ampliamente recomendable realizando los ejercicios bajo la supervisión de un profesional y adaptándonos a su grado de discapacidad.
La rehabilitación mejora la vida del paciente con Parkinson. Contribuye a que el paciente aprenda estrategias para moverse: cómo darse la vuelta y levantarse más fácilmente de la cama, levantarse de una silla o salir de un vehículo.
En ocasiones los terapeutas sugieren utilizar dispositivos simples que ayudan con las actividades de la vida diaria, como asideros junto a la ducha, taburetes para la bañera o un asiento elevado para el retrete.
Los terapeutas ocupacionales y los fisioterapeutas disponen de experiencia para encontrar el medio de ayudar al paciente a abrocharse la ropa, a cocinar y en general a continuar con su vida cotidiana.
Este tratamiento ayudará a aumentar su resistencia, fuerza, forma física general y nivel de energía. También puede ayudarle a mejorar su estado de ánimo y a disminuir su ansiedad.
Los objetivos de este taller en los enfermos de Parkinson son los siguientes:
El ejercicio contribuye a mejorar la fuerza, la resistencia, el tono muscular y la flexibilidad. También contribuye a impedir que el paciente con Parkinson se sienta pasivo e inútil, ya que si permanece activo adquiere una sensación de control.
Cuando se efectúa ejercicio de manera constante, las personas se sienten más sanas y su estado de ánimo mejora, se sienten mejor.
Los síntomas de la enfermedad de Parkinson como la rigidez, la lentitud motriz, la perdida de destreza y el deterioro de la deambulación, así como la sensación de fatiga, la depresión y la apatía, disminuyen las probabilidades de que un paciente dedique el tiempo suficiente a la actividad física. Se crea un círculo vicioso en el cual el paciente cada vez menos activo invierte menos tiempo con los amigos y la familia y, por último, su vida se hace más sedentaria.
El ejercicio físico resulta un medio tangible de interrumpir este círculo vicioso.
Aunque los problemas de comunicación no suelen asociarse a la enfermedad de Parkinson muchos de sus síntomas trastornan la comunicación a diversos niveles.
Muchas personas se basan en la expresión facial y en los gestos con las manos para establecer relaciones con otras personas y para conferir una mayor claridad Y énfasis a sus palabras.
Una persona amigable suele tener una expresión jovial, habla con una voz sincera y amistosa y utiliza gestos de bienvenida.
Algunos de los gestos espontáneos y la disminución del volumen de la voz, hacen desaparecer estos indicios.
Esto crea una situación de aislamiento social para el paciente que deja de aparecer como una persona amigable, aún cuando se sienta así.
El habla es el pilar fundamental de la comunicación humana y el principal medio de relación social de la persona. Además de ser una función cognitiva, el habla es también una actividad motora que implica una serie de movimientos bastante complejos.
A lo largo de la evolución de la enfermedad de Parkinson pueden aparecer cambios significativos en el habla del afectado. Estos están relacionados con la sintomatología de la rigidez y la acinesia y se manifiestan con una reducción de los músculos que controlan la respiración, la fonación (voz), la articulación (pronunciación) y la prosodia (ritmo, entonación y pausas).
El paciente puede presentar algunos de los siguientes síntomas:
La intervención logopédica en la enfermedad de Parkinson se considera eficaz en los primeros estadios de la enfermedad. Así pues, es importante aproximar al paciente a un tratamiento paliativo lo más rápidamente posible.
El tratamiento se deberá orientar hacia tres objetivos principales: